Filosofía del derecho
23 de agosto de 2022
La pureza de la ciencia del Derecho: un recorrido histórico
Por María Alejandra Díaz Vargas
El impacto de las teorías de Hans Kelsen en la construcción del sistema normativo moderno es inmensurable. Entre muchos hitos, a Kelsen se debe la creación del modelo de control jurisdiccional concentrado que aplicamos hoy en día, como en Colombia con la Corte Constitucional. Uno de los textos más conocidos de este autor es La teoría pura del Derecho, publicado por primera vez en 1934. Por tal razón, Michael Stolleis, conocido jurista alemán y director del Instituto Max Planck desde 1991 hasta 2009, escribió el ensayo “Acerca de la pureza”, traducido por nuestro Docente Investigador Luis Felipe Vergara y publicado en el libro “Kelsen para erizos: ensayos en honor a Stanley L. Paulson”, cuyos editores son Carlos Bernal Pulido y Marcelo Porciuncula.
Debido a la centralidad de la teoría pura del derecho en las obras de Hans Kelsen, Stolleis hace un análisis histórico del concepto de pureza. Para poder entenderlo, utiliza distintos ejemplos antropológicos y sociológicos a lo largo de su exposición. Así, el autor intenta demostrar que este concepto se puede evidenciar tanto en la ciencia como en la cotidianidad.
Como definición introductoria, la pureza puede ser entendida como la separación de ciertos elementos frente a una generalidad: lo impuro. Esto nos lleva a cuestionarnos, ¿por qué existe la necesidad de distinguir entre dos tipos de elementos? Para Stolleis, esto se debe a que la separación permite evitar lo que se considere impuro y aspirar por la pureza. En ese sentido, la dicotomía entre pureza e impureza cumple una función de segregar elementos deseados e indeseados. Según la antropóloga Mary Douglas, citada por Stolleis, esta diferencia sistematiza la experiencia y aparenta orden.
Históricamente, se plantea el inicio del uso del concepto de pureza en las teorías de Lutero y Tomás Moro como el distanciamiento del pasado, lo impuro, hacia una nueva realidad. Véase un vaso de agua, que representa la aspiración de un futuro puro e incondicional, cualquier sustancia externa que no sea agua, por ejemplo, tierra, impactará la pureza del vaso. El autor, para explicar esta primera etapa, hace referencia a las utopías modernas y al fracaso de estas por su ideal de perfección.
Posterior a la edad media, durante la revolución científica se utilizó esta doctrina para la creación de un método matemático de las ciencias naturales. La pureza del método hacía verificables las hipótesis, sin necesidad de hacer alusión a aspectos externos, como “las pasiones y los afectos”, explicaba, en este sentido, Thomas Hobbes. En dicha etapa se destacan Francis Bacon, Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, Tycho Brahe y Johannes Kepler.
Asimismo, autores como Leibniz, Pufendorf o Wolff, buscaban ese mismo orden en el Derecho para que este fuera coherente y ajeno a lo que hoy conocemos como teología. El autor explica, en estos términos, que se trataba de un ideal que “oculta la historicidad y se orienta por un racionalismo estricto”. En últimas, planteaban el uso del método matemático en el estudio del Derecho.
Continuando en su desarrollo, el mayor impacto del término pureza, análisis que hace el mismo Stolleis con el aumento del uso del término en Alemania, sucede con la llegada de la “Crítica de la razón pura” de Immanuel Kant. Esta obra plantea que existen dos formas conocimiento: (i) aquella que se da independiente de toda experiencia, llamada a prioriy (ii) aquella que surge producto de la experiencia misma, llamada a posteriori. Por tanto, Kant impacta el método científico, pues crea una exigencia de pureza que debe cumplir con las condiciones del conocimiento a priori.
La tesis kantiana, a pesar de sus resultados positivos, fue la base del planteamiento extremo de Robespierre durante la Revolución Francesa. De esa forma, la pureza permitía la eliminación de todo aquello que fuera considerado impuro, sin posibilidad de moderar tales clasificaciones. En consecuencia, contribuyó a la construcción del método científico, pero, igualmente, constituyó la base de excesos bajo el ideal de la racionalidad y del autoritarismo.
En consecuencia, la consideración del derecho como ciencia sucede después del siglo XVIII y de la llegada de Kant. La cientifización implica el estudio del derecho de forma sistemática frente a principios inmanentes del mismo. Por tal razón, se aleja de doctrinas como la del derecho natural. Inicialmente, el análisis del derecho apela a la historia. Su protagonista es Friedrich Carl von Savigny, cuyo argumento central es la unidad del sistema jurídico, entendimiento que impacta la teoría kelseniana. En este sentido, plantea que el sistema jurídico también aspira a ser unitario, pero para Kelsen esta unidad es dinámica, por la forma en que se producen las normas (como una cadena de autorizaciones) (Rodilla, 2009, p. 296).
Finalmente, el siglo XIX trae consigo la transición de las ciencias sociales hacia la pureza metodológica y los métodos de las ciencias naturales. Empezó a construirse la tesis del ordenamiento jurídico como un acto de voluntad estatal y, posteriormente, con Puchta, Friedrich von Gerber y Laband, se da la fundación formal del positivismo jurídico. Estas ideas fueron antecedentes de la teoría de Hans Kelsen como pretensión de universalidad de su teoría del Derecho.
El ideal de pureza que narra Stolleis en su ensayo es esencial para entender toda la teoría kelseniana y su impacto en la modernidad. Sin embargo, la historia ha demostrado que bajo la pureza del sistema se pueden cometer arbitrariedades como la discriminación de un grupo de personas. Algunas críticas al positivismo plantean que fue el argumento de validez del sistema jurídico, el que permitió la comisión de atrocidades como el holocausto nazi. Sin embargo, no es la teoría de Kelsen ni sus planteamientos lo que causó tal ocurrencia, sino el actuar de agentes que utilizaron su tesis para fundamentar la violencia contra un grupo de personas.
Por otra parte, si bien la intención de la cientifización del Derecho era permitir su estudio metódico y ajeno a consideraciones externas, un teórico puro del derecho ignoraría aspectos relevantes para su estudio como la sociología, la antropología y las ciencias políticas. El estudio interdisciplinario del sistema jurídico plantea que el Derecho se conoce tomando en consideración aspectos de la vida como un todo y no divididos de forma pura. Una aplicación famosa de este estudio interdisciplinario del sistema jurídico la plantea la sociología de Eugen Ehrlich, el cual, con su teoría del derecho vivo entiende que las normas son aquellas que tengan “vigencia social real en el presente” (Robles, 2002). La necesidad de un estudio interdisciplinario del sistema jurídico, empero, es una postura aun debatida en la actualidad.
Si te interesa este tema, te invitamos a consultar nuestra última entrada sobre la autonomía de la ciencia jurídica frente a la política, aquí.
Referencias
Ehrlich, E., 2005: Escritos sobre sociología y jurisprudencia. Madrid: Marcial Pons.
Robles, G., 2002: Ley y Derecho vivo. Método jurídico y Sociología del Derecho en Eugen Ehrlich. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
Rodilla González, M. Á., 2009: ¿Unidad lógica o dinámica? Coherencia y sistema jurídico en Kelsen. Doxa, 32, 255. https://doi.org/10.14198/DOXA2009.32.13
Foto tomada de: Kotomi_ (https://flic.kr/p/848QPK)